martes, 30 de agosto de 2016

Bolívar y su Campaña Admirable (Resumen del Libro de: Juvenal Herrera Torres)

La Campaña Admirable se inicia con la más rutilante victoria que es la del verbo, la de la idea revolucionaria, la del pensamiento constructivo.Nos reclama ser éticos y nos compromete a los más altos niveles de la  lucha revolucionaria contra el afrentoso sistema que quiere envilecernos, en una existencia llena de deshonor, indignidad y crueldad.

Bolívar nos dice que la vida sin libertad constituye un suplicio intolerable. No hay patria sin libertad. Por lo que lo proclama a toda la América: “…americanos no seamos más tiempo el ludibrio de esos miserables, que sólo son superiores a nosotros en maldad, en tanto que no nos exceden en valor; pues nuestra indulgencia es sola la que hace toda su fuerza. Si ellos nos parecen grandes, es porque los hemos visto de rodillas!”.

La estrategia de la Campaña Admirable la concibe Bolívar en su manifiesto desde Cartagena: “Venguemos tres siglos de ignominia, que nuestra criminal bondad ha prolongado; venguemos dignamente los asesinatos y las violencias de los vándalos de España que están cometiendo en la desastrada e ilustre Caracas”.

La Campaña Admirable es el resultado de la solidaridad revolucionaria de granadinos y venezolanos, siendo condición para la derrota total del viejo colonialismo.

Aquí podemos analizar las ideas centrales de textos que escribiera Simón Bolívar, cuya intención no era otra que persuadir a las autoridades neogranadinas para apoyar la causa libertaria de Venezuela -su tierra natal- que había caído en desgracia,al estar de nuevo bajo el yugo español.

En “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un Caraqueño” (Cartagena de Indias, 15 de diciembre de 1812) nos dice que su objetivo es libertar a Venezuela por los males que padece ya que adoptó un débil sistema político; permitiendo con ello la usurpación en el poder;  y solicita (al mismo tiempo) todo el apoyo a los neogranadinos para su causa, pues es la misma que abrazaran ellos en su territorio, venciendo al invasor ibérico.

Bolívar hila finamente los argumentos que lo llevan a planificar su estrategia y las tácticas para realizar su cometido; exponiendo claramente su ideal libertario de principio a fin. Llama a la unión de los gobiernos americanos, en el empeño de conformar una gran patria, para hacerle frente a los enemigos en común, que para la época ya empezaban a mostrar los dientes.

Analiza varios hechos que han provocado esa debilidad en el gobierno venezolano y que sin remedio produjesen la caída de la primera república: burocracia, divisionismo, federalismo, conspiraciones, anarquía y falta de proyecto y liderazgo certeros, sumado a ello la inmoralidad de la iglesia católica con sus manipulaciones emocionales desde los púlpitos y las contradicciones teóricas entre quienes decían apoyar la causa republicana (amiguismo, indisciplina, fanatismo religioso y ambiciones personales).

Igualmente, Bolívar expone el gran valor que anima a un grupo de venezolanos patriotas a conducirse de nuevo hacia la reconquista de su república, quienes “suspiran por sacudir el yugo de sus tiranos y unir sus esfuerzos a los de los neogranadinos, en defensa de la libertad en Venezuela”. De allí su invitación a actuar rápido para alcanzar la victoria.

Teórico y práctico a la vez, en Bolívar se descubre una unidad orgánica y creativa entre el pensamiento y la acción. Sabía que el gran parto de un pueblo es naturalmente doloroso y que debía obrar con tino y con perseverancia invencible, dentro de una ambiente caótico y salvajemente contradictorio.

¿Y cómo fue que llegó Bolívar a la Campaña Admirable?

Luego de participar “subordinadamente” en la liberación de Cartagena, bajo las órdenes de Manuel Castillo y Pierre Labatut, fue creciendo su confianza en aquellos escenarios de luchas para expulsar a los enemigos del pueblo, mientras que los recién liberados aclamaban a Bolívar y a sus compañeros, que con gran proeza (aun menores en número) supieron batallar hasta obtener la victoria.
A todo lo largo de su lucha, y ante los más improvisados y diversos auditorios del continente, Bolívar armaba sus campañas con los pertrechos fundamentales de su pensamiento constitucionalista, republicano y democrático.

Bolívar sabía que el hilo conductor debía ligar todo lo objetivo con lo subjetivo. Era necesario formar al combatiente y al pueblo, concientizándolos, dándoles espiritualidad, identificándolos con su suelo, con su país, con su geografía, con sus intereses. Dándoles principios de solidaridad y amor por la patria. Por eso decimos con propiedad que Bolívar dijo y escribió lo que iba a hacer y lo cumplió. Fue un hombre de pensamiento y acción.

A pesar de tener una mente lúcida, brillante y sagaz, siempre le rodearon los intrigantes, los envidiosos, a los que debió salirles al paso para impedirles avanzar.

Bolívar se inspiraba en todos los pueblos de nuestra América para hacer frente a la dominación extranjera. Por lo que es oportuno afirmar que su pensamiento, su ideario aún siguen vigentes con la Revolución Bolivariana. Por lo tanto, el Manifiesto de Cartagena es el acta de nacimiento ideológico y político de Simón Bolívar. Y luego vendrían la Carta de Jamaica, el Discurso de Angostura, su invitación a conformar el Congreso Anfictiónico de Panamá y el Proyecto de Constitución para Bolivia.

Nuestro héroe tuvo que enfrentar una larga lucha con los jefes republicanos neogranadinos, encasillados en la vieja táctica defensiva y faltos de aspiraciones continentales, quienes se satisfacían con pequeñas victorias de tipo local y no consideraban prudente ni necesario colaborar en la defensa de la causa republicana entre sus vecinos.

En su afán de avanzar, uno de los logros que tuvo Bolívar fue su pragmatismo para confundir al enemigo, con mensajes que enviaba para ser interceptados por el contrincante y así, hábilmente, vencerlo.

Su genio no se detenía para comunicar sus pretensiones de independencia, ni ante sus compañeros de armas ni ante los pueblos a los que iba liberando en cada batalla contra sus enemigos extranjeros.

Los efectos de la Campaña fueron múltiples:
1.    Desde Cartagena hasta Cúcuta propició derrotas fulminantes a todos los puestos de bastiones de los españoles.
2.    Además de liberar importantes regiones en todo el trayecto, se fueron construyendo las primeras bases del Ejército Libertador.
3.    Había frustrado las intrigas corrosivas de Castillo y Labatut, al tiempo que conciliaba contradicciones entre Torres y Nariño, los más importantes líderes granadinos.
4.    Sentaba las bases sociales y políticas para la integración solidaria de granadinos y venezolanos para la construcción de Colombia. Y
5.    Se había empezado victoriosamente el camino hacia el objetivo estratégico de la independencia de toda nuestra América.

Entre los enemigos de Bolívar se cuentan a: Rodríguez Torices, Pierre Labatut y Manuel Castillo, quien sostenía que Bolívar era un demente, un cabeza delirante. Por lo que solicitaba ante el Congreso neogranadino que no lo respaldara en sus campañas hacia Venezuela. 

Más adelante tendría que conocer a Francisco de Paula Santander, un hombre frío, reservado, callado y vengativo. Presentándose como es: un falso héroe nacional.

Demás está decir que en el transcurso del tiempo los enemigos de nuestro Bolívar echaron a rodar la mediática envileciendo su imagen, ya que tuvo fama de sanguinario, y su declaración de guerra a muerte y su ejecución lo justifican. Y fue en ese instante en que se dio cuenta de que el movimiento emancipador había sido obra de las élites. Y la masa en su gran mayoría había permanecido indiferente, apegada por la costumbre secular a las tradiciones y a los símbolos monárquicos  a los cuales la influencia activa de la iglesia comunicaba un valor casi divino.

Mientras que agrupar a ese pueblo en un solo bloque, unido, solidario, tal era el fin perseguido por Simón Bolívar en el decreto de Trujillo.
Por eso pensamos a Bolívar como revolucionario, no solo porque liberó a Venezuela, sino porque se inspiró en los principios republicanos y democráticos que pretendía transformar colonias para fundar naciones libres en todo el continente.

La verdad histórica es que al juzgar la política de Bolívar debemos recordar que la independencia no llegó al pueblo de Suramérica como un regalo del cielo. Surgió más bien de los cuerpos de cientos de miles cuya sangre manó y contribuyó a la vitalidad de la democracia.

El móvil que impulsó a Bolívar no fue directamente militar, ni tampoco el de hacer justicia. En todo el continente eran escasos los hombres conscientes. Bolívar se propuso crearlos: partiendo de esa premisa se encuentra sentido a “la guerra a muerte” (para crear al hombre nuevo). Bolívar hizo más que Washington, hizo lo que el Norte no intentó: libertar a los demás.

Las mujeres guerreras en su marcha envolvente
No sólo los hombres iban a las batallas. En su paso por Mérida, Bolívar contó con la solidaridad de las mujeres que entendiendo el tema de fondo, no repararon en dar todo cuanto tenían para apoyar la causa libertadora. Ofrecieron casa como posada, telas para uniformes, alimentos, hilos, tubos de órganos de iglesia, sus hijos, su compañía y su corazón. Fueron estas damas, las primeras mujeres suramericanas en unirse a la causa patriota formando la retaguardia del ejército de la independencia. Alzando fusiles y tomando los sables, contribuyendo a la victoria con la expulsión del vil extranjero.

Bolívar resalta el valor femenino: “Hasta el sexo bello, (escribió) las delicias del género humano, nuestras amazonas han combatido contra los tiranos de San Carlos, con un valor divino aunque sin suceso…donde los monstruos de la España dirigieron sus armas contra sus pechos para derramar su sangre, pues concibieron el sublime designio de libertar a su adorada patria”. “Las mujeres, sí soldados, las mujeres del país que estáis pisando combaten contra los opresores y nos disputan la gloria de vencerlos!”.

Para Bolívar el ser revolucionario genuino es, ante todo y sobre todo un ser moral, un ser auténtico…Al combatir por su patria y por su pueblo, por la independencia, por la libertad y por la causa más altruista de la humanidad, realizando el acto de amor supremo.

A su paso por ciudades y poblaciones que habían estado bajo el mando español, Bolívar iba concediendo condiciones, para la rendición de aquellos, mostrando garantías generosas, despreciando las ofensas al tiempo que les dio oportunidad de enmendar su maltrato hacia quienes ellos habían violentado el derecho de gentes y a quienes habían pisoteado durante tanto tiempo. Pero los españoles no entendieron cómo sus vencedores le perdonaban el sufrimiento que ellos habían causado a los republicanos.

Ya en Caracas, aclamado como Libertador comprende que la Campaña Admirable es apenas el comienzo de un comienzo de una contienda que será feroz y prolongada.

Bolívar fue un revolucionario de la cabeza a los pies. En un continente de héroes rudos, poseía una inteligencia clara, alta, segura. Conoció mejor que nadie la geografía social y física de nuestra América.Bolívar es el resultante de 300 años de coloniaje  fructificando en una concentrada avidez de libertad.

Balance de la Campaña Admirable:

Seis grandes combates, que valen batallas, ganadas en un trayecto de 1200 kilómetros, sin un solo revés, a través de dos cordilleras: cinco gruesos cuerpos de ejército que sumaban 4500 hombres, dispersados, muertos, prisioneros o rendidos con sus armas y banderas; la captura de 50 piezas de artillería y tres grandes depósitos de guerra, la reconquista de todo el occidente de Venezuela, de cordillera a mar, ligando las operaciones con las del ejército del oriente ya rescatado y la restauración de la república independiente de Venezuela. Y todo esto con 600 hombres y en 90 días. ¡Nunca con menos se hizo más en tan vasto espacio y en tan breve tiempo!.

Al llegar a Caracas, Bolívar se dirige a sus conciudadanos, pidiéndoles analicen los sucesos que han vivido en los últimos tiempos, bajo el dominio del cobarde extranjero, luego de haber sufrido un gobierno sin orden, y les pide su voto de confianza para restablecer las leyes de la república. Llama a la solidaridad del pueblo, reclamándole su entrega generosa para salvar su patria y edificarla sobre las ruinas de los despojos de la opresión española. Pidiendo de cada quien según sus capacidades y garantizándole a cada cual según sus necesidades. Enalteciendo, a la vez, el heroísmo y sacrificio que todo patriota, republicano y demócrata tiene para apoyar esta causa independentista.

Es de destacar que nuestro Libertador se hacía escuchar directamente por el pueblo, sin intermediarios para no caer en confusiones o malos entendidos. Invitando al trabajo por vocación y voluntariamente.

Bolívar –como lo describió Jesús Mejías Ossa- tiene las exageraciones propias del paisaje múltiple de nuestra América. Y tendría que librar otra lucha durísima contra los pequeños espíritus de Venezuela: rústicos como Bermúdez, divisionistas como Mariño, que se le opusieron tercamente y contribuyeron al hundimiento de la segunda república.

Pablo Morillo dirá de Bolívar que era más peligroso derrotado que vencedor. Y el autor italiano César Cantú diría: “Fue Bolívar el que salvó las ideas republicanas y los principios de la Revolución en América, con 500 hombres, cuando Napoleón las dejaba perder con 500 mil en Europa”.

Sobre esta lucha de Bolívar contra los espíritus pequeños, el historiador norteamericano Lorain Petre afirma que, en realidad fueron pocos los jefes en quienes el Libertador podía confiar ampliamente. En cambio “Mariño, Bermúdez, Páez, Piar, Arismendi, Ribas –todos- unos y otra vez se volvieron contra él. Córdoba, Padilla, Santander, Obando y López conspiraron contra su autoridad. Páez y Santander fueron sus más encarnizados enemigos, aunque cada uno de ellos reconocía públicamente las virtudes del Libertador”. 


Manifiesto a las Naciones del Mundo
En este documento el célebre caraqueño expone los abusos y horribles crímenes perpetrados por los sanguinarios españoles contra la población inocente a lo largo y ancho del territorio, ante la indiferencia de las naciones del mundo. Explicando además cómo las nuevas naciones fueron independizándose de viejos imperios, sin brindar apoyo a las nacientes repúblicas en América.

Bolívar comenta: “Cualquier oficial o soldado estaba autorizado para dar impunemente muerte al que juzgaba patriota, o tenía que robar”. “Aún estoy con las armas en las manos”…”Yo llenaré con gloria la carrera que he emprendido por la salud de mi patria, la felicidad de mis conciudadanos o moriré en la demanda manifestando al orbe entero que no se desprecia y vilipendia impunemente a los americanos”.

Bolívar sabe que su tarea es hacer lo imposible, porque de lo posible se encargan los demás todos los días. La libertad y la independencia de nuestra América vivirán mientras viva la espada de Bolívar.

Honremos, pues, su pensamiento, su ideario, su obra y prosigamos en esta querella permanente hasta alcanzar un estadio de unidad continental, más justo,ético, moral, próspero y estable para toda la América, desde el río Bravo hasta la Patagonia, y desde las Antillas hasta Los Andes pongamos en marcha la Campaña Admirable que reclama el siglo XXI.