El Congreso de Angostura
Angostura era, para aquellos tiempos, la sede intelectual de los republicanos. No le fue difícil a Bolívar aglutinar en tormo a su idea a las más claras inteligencias separatistas, quienes en un esfuerzo común, sacaron a la luz pública (27 de junio de 1818) el Correo del Orinoco. En total se editaron 112 números. El último salió el 4 de agosto de 1821, cuando Angostura dejó de ser capital de Venezuela por haberse liberado Caracas.
Angostura era, para aquellos tiempos, la sede intelectual de los republicanos. No le fue difícil a Bolívar aglutinar en tormo a su idea a las más claras inteligencias separatistas, quienes en un esfuerzo común, sacaron a la luz pública (27 de junio de 1818) el Correo del Orinoco. En total se editaron 112 números. El último salió el 4 de agosto de 1821, cuando Angostura dejó de ser capital de Venezuela por haberse liberado Caracas.
En la oración inaugural del Congreso de Angostura, el Libertador expone con brillantez inusitada sus ideas políticas, democráticas y republicanas. El “Discurso de Angostura”, así conocido, encierra una síntesis magistral del ideario de Bolívar. De todo su contexto pueden extraerse sentencias esclarecedoras, pensamientos políticos de gran profundidad y máximas morales que asombran por sus concepciones previsoras.
Después de referirse a los tratadistas que hablan de que las leyes deben ser apropiadas a los pueblos que han de regir, termina afirmando: ¡He aquí el Código que debíamos consultar, y no el Washington!
Su defensa de la integración racial mantiene plena vigencia: Tengamos presente que nuestro pueblo no es el Europeo ni el Americano del Norte, que más bien es un compuesto de África y de América, que una emanación de la Europa, pues que hasta la España misma deja de ser europea por su sangre africana, por sus instituciones, y por su carácter. Es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos.
No obstante la flamante instalación del Congreso, Venezuela no era totalmente libre. Sólo una tercera parte de su territorio se hallaba en poder de los revolucionarios. Dos preguntas inquietantes quedaron flotando en el ambiente de Angostura: una, ¿por qué Bolívar emprendía la Campaña de los Andes, a fin de procurar la libertad de Nueva Granada (Colombia), cuando Venezuela quedaba aún bajo el yugo español?. Y la otra, ¿por qué se había designado a Zea -colombiano- para la Vicepresidencia de Venezuela, y no a un venezolano? Ambas podían responderse a un solo tenor: la concepción internacionalista e integradora del Libertador de América.
Reunid vuestros esfuerzos a los de vuestros hermanos: Venezuela conmigo marcha a libertaros, como vosotros conmigo en los años pasados libertasteis a Venezuela. Ya nuestra vanguardia cubre con el brillo de sus armas provincias de vuestro territorio, y esta misma vanguardia poderosamente auxiliada, ahogará en los mares a los destructores de la Nueva Granada. El sol no completará el curso de su actual período sin ver en todo vuestro territorio altares a la libertad. Proclama a los Granadinos. Aparecida en el Correo del Orinoco. 22 de agosto de 1818.
Con la elección de Zea se desdibujaban los criterios fronterizos y se daba otro paso hacia la gran Patria Hispanoamericana. Los desaciertos de Zea le concitaron la censura popular. Se le criticó que, en ausencia de Bolívar y como Encargado del Ejecutivo, devolviera a los Estados Unidos las goletas “Tigre” y“Libertad”, retenidas por la revolución desde hacía más de dos años. Cuando el Libertador hubo de enterarse consideró humillante tal proceder. A los siete meses de instalado el Congreso, Zea es depuesto por el primer golpe de Estado que tiene lugar en Venezuela. El general Arismendi asume el poder. En conocimiento de tales sucesos, Bolívar regresa a Angostura (11 de diciembre de 1819).
Al presentarse ante el Congreso, dejó oír su voz:
Cuatro batallas campales ganadas, cuatro millones de hombres devueltos a la libertad y cuatro millones en las cajas del ejército: tal ha sido el motivo de mi ausencia...El mismo día que pronunció tales palabras ante el Congreso, propuso la creación de una vasta República con Venezuela y Nueva Granada.
El Congreso accede, y el 17 de diciembre se dicta la “Ley Fundamental de la República de Colombia”. La nueva República se dividirá en tres departamentos:
Venezuela, Quito (hoy Ecuador) y Cundinamarca (hoy Colombia con inclusión de Panamá). Sólo Colombia era totalmente independiente, lo demás estaba por verse. La expresión “Gran Colombia”, con que se designa a esta República Central, es un aporte de los historiadores -no de Bolívar para sintetizar la comprensión histórica y geográfica de los variados componentes de tan extenso territorio. Y así prorrumpe: La intención de mi vida ha sido una: la formación de la República libre e independiente de Colombia entre dos pueblos hermanos. Lo he alcanzado. ¡Viva el Dios de Colombia!
El Congreso de Cúcuta
El Primer Congreso Constituyente que dotó a la Gran Colombia de un ordenamiento jurídico y administrativo se reunió en el Templo de la Villa del Rosario de Cúcuta, el 6 de mayo de 1821.
Mientras los legisladores organizaban la República en el Congreso de Cúcuta, El Libertador daba los últimos toques a su campaña militar para la liberación de Venezuela. En el mismo instante en que el Congreso cumplió un mes y dieciocho días de instaurado (sesionó cuatro meses), libraba Bolívar la batalla de Carabobo y conquistaba con ella la independencia de Venezuela. ¡Ya hacía dos años, un mes y quince días que Colombia era libre!
El Congreso acordó que Bogotá fuese provisionalmente la capital de la Gran Colombia, que Bolívar fuera reelegido en la Presidencia de la República con carácter permanente, y que, a Francisco de Paula Santander -natural de Cúcuta, graduado en jurisprudencia, de 29 años de edad, y muy conocido por sus éxitos como organizador de los contingentes que, desde los llanos de Casanare, facilitaron a Bolívar el “paso de los Andes”- se le designara Vicepresidente de la gran República.
A fin de robustecer las proposiciones que llevaban Mosquera y Santa María, el Libertador escribe (8 de enero de 1822) sendas cartas a San Martín y O’Higgins recomendándoles el proyecto de un “pacto social que debe formar de este mundo una Nación de repúblicas..;”.
Parte VIII
DOS AMÉRICAS
DOS AMÉRICAS
El Libertador siempre pensó en la integración política y económica como una conducta enteramente defensiva, en busca de una gran nación –Hispanoamérica– capaz de librarse de los peligros del imperialismo europeo y del naciente imperialismo norteamericano.
Nuestra América
Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, deberían, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse... Carta de Jamaica. Kingston, 6 de septiembre de 1815.
Mientras Bolívar estuvo desterrado en Jamaica –Isla de habla inglesa–, llamó americanos a los habitantes del país, reservándose para sí y para sus compatriotas la expresión americano meridional, denominación esta en la que también incluye a los mexicanos, centroamericanos y antillanos de habla española: cubanos y puertorriqueños.
Para Bolívar hubo, por tanto, dos clases de americanos: septentrionales (norteamericanos) y los meridionales (suramericanos).
La zona geográfica que cubría esta América bolivariana la enumera el propio Libertador en su célebre Carta de Jamaica. Del Sur hacia el Norte, comienza por las provincias del Río de la Plata –Argentina, Uruguay y Paraguay–, sigue con Chile, el virreinato del Perú –Perú y Bolivia– y después la Nueva Granada –Ecuador y Colombia– para rematar esta porción continental con la “heroica y desdichada Venezuela”. De inmediato se eleva a la Nueva España -México y Centroamérica- para terminar con las islas de Cuba y Puerto Rico.
La otra América, la que no es nuestra
Bolívar no se refiere a toda la América, sino sólo aquella que tiene por enemigos a los españoles, situación en la que no se encuentran los Estados Unidos, para los que los españoles no eran sus enemigos sino sus aliados.
En carta a Francisco de Paula Santander, Bolívar expresa su desconfianza hacia lo que es norteamericano: “…nunca me he atrevido a decir a usted lo que pensaba de sus mensajes, que yo conozco muy bien que son perfectos, pero que no me gustan porque se parecen a los del Presidente de los regatones americanos. Aborrezco a esa canalla de tal modo, que no quisiera que se dijera que un colombiano hacía nada como ellos”. Potosí, 21 de octubre de 1825.
Bolívar fue el primero en vislumbrarlos como potencia en su fase preimperialista: Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad. A Patricio Campbell, Guayaquil, 5 de agosto de 1829.
Desde 1815 –Carta de Jamaica– hasta 1830, año de su muerte, Bolívar no deja de formular severas críticas a los Estados Unidos de Norteamérica por su política de “simples espectadores”, de fingida neutralidad o de cálculo aritmético frente al esfuerzo que llevan a cabo los pueblos de Hispanoamérica en su afán por liberarse del yugo español.
En todo momento, distingue a una América, la que es nuestra, de la que no lo es, basándose, para diferenciarlas, en que no tienen comunidad de origen, ni de lengua, ni de costumbres, así como de que carecen de “identidad de causa, principios e intereses”.