La independencia frente a España fue el punto de partida de todo el ideal bolivariano. A esa posición de principio no renunció jamás. España era un poder, pero no el único. Mucho más fuertes eran Inglaterra, Francia y los Estados Unidos. En cuanto al comercio marítimo y al poderío naval, las dos primeras superaban a España, y en cuanto al desarrollo industrial, las tres iban muy por delante de la Corona. Francia, Inglaterra y los Estados Unidos desarrollaban una economía capitalista, mientras en España subsistía una sociedad con grandes rezagos feudales. ¿Cómo actuó Bolívar frente a tales potencias?
Es muy conocida su actitud de completo rechazo a la presencia napoleónica en América. Una vez que las tropas de Bonaparte fueron derrotadas en España (1813), y que la Francia de la Restauración repuso a Fernando VII (1823), empleando a los “Cien mil hijos de San Luís”, el poderío galo dejó de ser temido. No por ello, Bolívar olvida las pretensiones francesas de heredar las colonias españolas de América.
Siempre evidenció su oposición al sojuzgamiento, al tutelaje o al intercambio desigual por desproporción o abuso.
La política exterior de Bolívar implicaba la conducción habilidosa de la nave independentista e integradora de Hispanoamérica por entre los escollos de potencias como Francia e Inglaterra, sin olvidar a los Estados Unidos que, aunque todavía no era potencia como las anteriores, sí era un proyecto de potencia.
Parte X
BOLÍVAR INVITA AL CONGRESO ANFICTIÓNICO
El 7 de Diciembre de 1824, dos días antes de que se librara la batalla de Ayacucho, y desde Lima, capital del Perú, Bolívar cursó una “Invitación a los gobiernos de Colombia, México, Río de La Plata Chile y Guatemala, a formar el Congreso de Panamá”.
El documento está redactado en primera persona y consta de doce párrafos. Con lo primero, Bolívar quería acentuar la identificación entre el signatario y el contenido del documento. Con lo segundo, resumir sus quince años de meditación unitaria en una concreción de continentalidad hispanoamericana.
La circular sólo fue extendida a naciones libres (Perú lo era en parte) que antes habían sido colonias españolas. Posteriormente, la invitación se hizo extensiva a otros gobiernos que El Libertador no había incluido por considerarlos “heterogéneos”.
El colonialismo español parceló la América para dominarla mejor. Bolívar la unificaba para evitar su dominación. Hoy, el imperialismo norteamericano persigue la misma finalidad que el colonialismo español, sólo que el concepto de “fronteras geográficas” ha sido sustituido por el de “fronteras ideológicas” para facilitar la dominación (intervencionismo).
El Istmo de Panamá, porque se encuentra a igual distancia de las extremidades y “por esta causa podría ser el lugar provisorio de la primera Asamblea de los Confederados”. Cuatro ciudades disputaron a Panamá la sede del evento: Guayaquil, Quito, San José (Costa Rica) y León (Nicaragua). La primera fue propuesta por el general José de San Martín (1822) al declararse partidario de la Confederación. La segunda, por el mismo Libertador, por el clima “insano” del istmo (1825). Las dos últimas fueron apuntadas (1822) por el sabio hondureño José Cecilio del Valle. La elección de Panamá no ofreció mayor resistencia.
La unidad americana hubiera saltado etapas si los objetivos se hubieran cumplido con mayor rapidez, pero si, como hubo de ocurrir, los dirigentes de las repúblicas no estaban conscientes de la urgencia y de la oportunidad histórica que se les presentaba, esa misma aceleración se tornaría en factor negativo.