jueves, 12 de enero de 2017

Hugo siempre Chávez Por: MacuPatra

Durante el Aló Presidente del día 07-04-2002 el Cmdte Hugo Chávez comentó que en Venezuela hubo en el año 1992 un movimiento subversivo, cuyos accionistas fueron identificados, reconocidos y así lo acataron con todas las consecuencias que eso implicó: juicio y cárcel. Luego tomaron otro rumbo que les llevó al Gobierno.

Y en el mismo programa nos dijo y nos aclaró: “Pero ahora hay un nuevo movimiento subversivo –y hay que asumirlo así- pero no está en la montaña con un fusil, No! Ahora está encorbatado, tiene chofer y forma parte de una élite con mucho dinero y poder. Pero son subversivos. Y llegan al nivel de terroristas”.

Creo que el afán por empezar a hacer justicia social fue uno de los aspectos que influyó en que el Presidente Chávez no encarcelara a ese montón de vagabundos que comenzaban a hacerle la guerra por otras vías, con sonrisas y apretones de mano incluidos. Muchos de los cuales son parte de la burguesía que en Venezuela históricamente han hecho mucho dinero sin mayores esfuerzos: pero eso sí a costa de la explotación de la clase trabajadora que el Gobierno Bolivariano quería impulsar para darle un vuelco total al Estado venezolano, y transformar el Estado Burgués en Estado Comunal.

Para adelantar dicha transformación el Cmdte Chávez impulsó una serie de leyes orgánicas, en el marco de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a las cuales denominó Compendio de Leyes del Poder Popular. A saber: Ley orgánica del Poder Popular, Ley orgánica de la Planificación Pública y Popular, Ley orgánica de la Contraloría Social, Ley orgánica del Sistema Económico Comunal, Ley orgánica de las Comunas, Ley orgánica de los Consejos Comunales, Ley de Contrataciones Públicas y Ley orgánica del Consejo Federal de Gobierno, todas ellas desarrolladas y puestas en vigencia entre los años 2009 y 2010.

Muchos consejos comunales comenzaron una nueva dinámica para entonces. Se levantaba una nueva esperanza de orden para el crecimiento poblacional en cada barrio, comunidad y urbanización de Venezuela. La mayoría entendía la necesidad que había de imponerse orden, encaminando  la gestión pública desde lo micro, desde las comunidades rurales y urbanas, tomando la opinión y la voz desde esos centros activos de la patria. Se dio un proceso de elecciones populares en ese nivel…la contrarrevolución para entonces estaba atomizada y sin un liderazgo que calara entre sus seguidores para dar al traste con esta nueva forma de organización que se estaba dando desde las bases del pueblo.
Años más tarde, y tras el fallecimiento físico de nuestro gigante Hugo Chávez, el Poder Popular ha visto disminuido su organización. Ha sido blanco de venenosos dardos que han procurado su dispersión, su disolución, su exterminio, con un virus llamado el capitalismo popular o mejor conocido ahora como “bachaquerismo”.

Entre aquel Estado Comunal que diseñó Chávez (con el Poder Popular) y el Estado Comunal que se propone hoy día el Presidente Nicolás Maduro conformar (con los CLAP) hay un puente roto: la ambición desmedida de la burguesía parasitaria que se ha inoculado como fórmula certera para asesinar a nuestra Revolución Bolivariana, que además parece estar haciendo metástasis en nuestra sociedad.

El único antídoto es la CONCIENCIA del pueblo trabajador y la gran necesidad que hay de que el pueblo todo se unifique para combatir todo resquicio de ambición desmedida ,y de esa única forma torcerle el brazo a la voraz guerra total que nos mantiene a todos en constante intranquilidad. 

A todo hay que verle el lado bueno, el camino de las soluciones está por ser construido. Nunca está de más sugerir leer el legado del Cmdte Chávez, sus leyes, su Plan de la Patria, sus amplias ideas de desarrollo y expansión en todas las áreas y llenarnos con su voz de la fuerza que requerimos para salir adelante porque somos un gran país y merecemos siempre lo mejor, y porque a fin de cuentas era hacia donde apuntaba nuestro gran líder bolivariano. Es el camino y debemos seguir recorriéndolo sin miedo y con la profunda convicción de que es la verdad histórica la que nos guía y nos impulsa.