
La contundente participación nacional e internacional en el primer
aniversario luctuoso de la masacre y desaparición de los normalistas de
Ayotzinapa confirma una vez más que la conciencia crítica del pueblo
mexicano goza de cabal salud. Estuvieron presentes multitud de
estudiantes, maestros, jóvenes, niños, adultos, obreros, campesinos,
profesionistas, mujeres y hombres; todos unidos en una indignación común
por el rumbo que ha tomado el país en los últimos lustros. No solamente
se encuentran desaparecidos los 43 dignos estudiantes y luchadores
sociales de Guerrero, sino también la democracia mexicana en su
conjunto.
La supuesta transición democrática ha resultado ser un fantasioso
cuento de hadas que convence solamente a las mentes más ingenuas. La
alternancia en los cargos públicos entre PRI, PAN y PRD no ha generado
democracia, sino solamente la infiltración de la vieja lógica de
autoritarismo neoliberal priísta dentro de todas las fuerzas políticas
del país. Urge aprender de los errores del pasado. Hay que superar tanto
los sectarismos como los oportunismos que obstaculizan el camino para,
en la siguiente etapa de la historia, materializar la enorme esperanza
democrática del pueblo mexicano.
El Latinobarómetro 2015, dado a conocer el jueves pasado (disponible aquí: http://ow.ly/SIDfG),
ratifica la formidable conciencia de la sociedad mexicana.
Solamente 19
por ciento de la población se encuentra satisfecha con el
funcionamiento de la democracia en México. Esta cifra constituye el
porcentaje más bajo de entre los 18 países incluidos en el estudio. En
Ecuador, Argentina, Colombia y Venezuela existe un nivel de satisfacción
mucho más alto que en México. Nuestro país también es el lugar donde
los ciudadanos confían menos en las autoridades electorales. Solamente
26 por ciento de la población afirma que las elecciones son limpias. En
Uruguay la cifra correspondiente es de 82 por ciento.
Si México fuera un país democrático y las instituciones electorales
defendieran el interés público, estas cifras serían muy preocupantes.
Pero en el contexto actual de represión, censura, fraude, corrupción y
abuso de autoridad, estos números reflejan una gran claridad popular con
respecto a la verdadera naturaleza del régimen actual. La
insatisfacción y la desconfianza recogidas por los encuestadores no son
otra cosa que síntomas de la gran ola de indignación popular que ha
consumido a la república entera.
Hemos dado el primer paso. El contundente rechazo al estado actual de
las cosas demuestra que tenemos los ojos abiertos. Lo que falta ahora
es vencer nuestra depresión colectiva para levantarnos de la cama y
caminar juntos en favor de la patria.
Teorías arcaicas como las de Samuel Huntington y José Woldenberg
sobre las transiciones a la democracia ya no embonan con la realidad
actual. La vía estrictamente institucional para cambiar el régimen ha
fracasado olímpicamente. El régimen actual se inició en 1946 con la
creación del Partido Revolucionario Institucional y el sexenio del
primer presidente de aquel partido, Miguel Alemán Valdés. Este sistema
sigue intacto hasta la fecha. Urge construir una nueva vía de amplia
articulación política y social para derrotar al autoritarismo.
Sobre estos temas hablaremos el próximo sábado 3 de octubre, a las 17
horas, durante la presentación de mi nuevo libro sobre El mito de la
transición democrática que tendrá lugar en el Palacio de la Antigua
Escuela de Medicina de la UNAM (información aquí: http://ow.ly/SIFC8 y aquí: http://ow.ly/SIIUf).
Muy generosamente han aceptado participar en el evento cuatro
distinguidas personalidades emblemáticas de la lucha por la democracia
en México.
Estará Omar García, elocuente e inspirador vocero de los estudiantes
normalistas de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos. El libro comienza
rindiendo homenaje a todos los colegas periodistas, activistas,
profesores, estudiantes y defensores de los derechos humanos víctimas de
la consolidación del régimen autoritario. También se reproduce el
exhorto de Omar a lograr una movilización generalizada que trascienda
Ayotzinapa, que trascienda Guerrero, que pueda poner fin de una vez por
todas a la situación intolerable de violencia e impunidad que está
viviendo México desde hace años.
También expondrá sus comentarios sobre el libro, y sobre la situación
en el país, el gran escritor Paco Ignacio Taibo II, cuya infatigable
lucha en favor de la justicia, la paz y la democracia constituye un
ejemplo para todos. Paco Ignacio es sin duda uno de los intelectuales
públicos más importantes de América Latina y su constante labor en favor
de la unidad de las luchas populares ya empieza a rendir frutos.
El siempre lúcido doctor Lorenzo Meyer también participará en el
acto. Es un gran honor que un historiador de la talla de Lorenzo haya
aceptado tomar el tiempo para leer y comentar el texto de un servidor.
Sus palabras siempre ofrecen una mirada fresca y sus análisis
constantemente retan y expanden nuestra conciencia sobre el momento
histórico que vivimos.
También tendremos el honor de escuchar las palabras siempre
contundentes y profundas de la doctora Claudia Sheinbaum, una de las
investigadoras más destacadas del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Claudia toma posición este jueves como jefa delegacional en Tlalpan y es
una de las grandes figuras de la renovada izquierda política que hoy se
construye en el país.
Un país que desaparece estudiantes, censura periodistas, asesina
activistas, vende el país y roba elecciones no es una democracia. México
merece más. Esperamos a todos y a todas este sábado. No nos callarán.
Twitter: @JohnMAckerman