martes, 27 de octubre de 2015

Cuando éramos pervertidamente felices y no lo sabíamos Publicado en Ensartaos.com.ve

Las barraganas Blanca Ibáñez y la Cecilia se entendían muy bien; de barragana a barragana, y muy a menudo coincidían en estos juegos retozones en los grandes centros comerciales de la patria yanqui. Porque en el “partido del pueblo” ya no había espacio ni tema para la discusión política, sino para chismear sobre lo que hacían las queridas luchadoras de los dos últimos presidentes de la República. En el CEN de AD, Carmelo Lauría informaba –con lujo de detalles– el encuentro de estas dos barraganas en los impresionantes almacenes de Aventura Mall, en Biscayne Boulevard, acompañados de los cicerones del momento: José Ángel Ciliberto, Jorge Mogna y otros descollantes astros de la putería nacional –los cuales, además, nunca pagaron condena por las fechorías de haber comprado un lote de 15 jeeps para ser utilizados por los secretarios de organización y otros militantes de la tolda blanca, en el área metropolitana de Caracas, para la campaña electoral de Carlos Andrés Pérez–. 

Nos surge, entonces, una inocente pregunta: ¿para estas cosas los militares nuestros deben jurar defender y proteger la democracia?
Provocaban vértigo todas las locuras meteóricas del Presidente, recorriendo países en misiones al servicio del Departamento de Estado. Mientras el Presidente estaba en Nueva York, Madrid, México o Las Batuecas, las prácticas intimidatorias y los ataques represivos de los cuerpos policiales hacían de las suyas: se allanaban universidades, se ametrallaban manifestaciones, la División de Inteligencia Militar (DIM) espiaba a medio mundo; el desorden del llamado "paquete" provocaba abuso por parte de los comerciantes, de los empresarios; los bandidos de Palacio con cada vez más escoltas, y cada vez más derroche en las celebraciones, brindis y banquetes de nuestros gobiernos.

Nada, absolutamente nada se había hecho por disminuir esos dispendiosos gastos que a un ser tan comprometido con la cabronería del gobierno de Lusinchi, como Carmelo Lauría, le hizo decir en esos días: "Por favor, ya basta de ser tan gastivos". Tal como lo leen, porque así hablan los ministros adecos.

 Se ha conmovido, pues, este bicho que blandamente, fofamente como su cuerpo y su postura de siempre, recalca: —Si no cambiamos de comportamiento, la banca internacional no va a creer más en nosotros. ¿Es posible que sea ahora cuando este hombre venga a hacer esta exhortación? Este botarate borrachito que manejó todos los hilos del poder económico mientras fue secretario de Lusinchi y jeque mayor junto con Pedro Tinoco del Banco Central, viene ahora a pedir que se sea austero, comedido en el gasto.

Mientras CAP recorría el mundo en su campaña de coronarse gran visir del embrollo político internacional, enfermedades tropicales como el paludismo, las diarreas, el dengue y otras endemias estaban incubándose y extendiéndose fuertemente por todo el país. Más de 14 mil casos de paludismo se reportaron hasta el presente, y para completar, nos vemos ahora invadidos por el cólera. 

Pero estos males no alteraban en nada el rostro siempre sonriente y hasta juguetón del señor presidente. Todo el mundo sabe que al Presidente le gusta ser muy juguetón. Incluso se dice que unos de sus placeres favoritos es pinchar por las costillas a los mandatarios de otras naciones que nos visitan.

El Presidente gozaba con su necia sonrisita, alzando la mano a diestra y siniestra, y diciendo algunas pequeñas y terribles barbaridades, como aquella que soltó poco después de las elecciones de alcaldes y gobernadores, cuando más del setenta por ciento de la población se negó a ir a las urnas; dijo entonces a la prensa internacional –porque Pérez todo se lo dice a la prensa internacional, por eso ha puesto tanto empeño en crear Agencia Venezolana de Noticias (Venpres Internacional)–: "Aquí en realidad no ha pasado nada; la gente que no votó me ha vitoreado en la calle", como expresando que la conmoción del 27 de febrero de 1989 había sido también un triunfo suyo. ¡Vaya demente! Cuántos desastres caen sobre la República, él quiere usufructuarlos, hacerlos dignos de nosotros, porque le dan brillo a su imagen de estadista y de héroe trotamundo internacional.

Entretanto, en los días finales de diciembre de 1991 se constataron frecuentes traslados a Miami de la auténtica “Primera Dama de la República”, Cecilia Matos, en uno de los aviones Gruman de la Presidencia de la República. ¿Para qué eran esos traslados?, ¿para tratar algún problema relacionado con los proyectos expansivos de la economía nuestra?, ¿para procurar atraer a los fulanos inversionistas sin los cuales no podremos sacar del foso a nuestras finanzas? Pues no, la Auténtica Primera Dama se trasladaba con el fin de adquirir los regalos navideños de sus allegados. Y vaya Dios a saber cuál sería la comitiva requerida por esta señora, los pelotones de cabrones que le acompañarían y la guardia presidencial que requería para efecto de sus movimientos. Altos oficiales de las Fuerzas Armadas tenían conocimiento de esta agenda oficial y se disputaban tratando de ocupar un lugar relevante entre las maletas atestadas de finas pantaletas de la honorable reina de Miraflores. La alcoba republicana de CAP se encontraba así bien resguardada por la bandera que ellos había besado, y todo marchaba democráticamente según los valores supremos del loable capitalismo y de los principios consumistas del empresariado (aunque no se comprara lo nuestro, porque lo nuestro no existía).

Se había jurado a la Constitución para respetar y cuidar sobre todo estos singulares caprichos de las barraganas. ¿Sería por esto que precisamente CAP dijo en una ocasión, en San Cristóbal, que Lusinchi merecía el respeto de todos los venezolanos? El ministro de la Defensa de CAP, Fernando Ochoa Antich, en esos días siguientes al 4-F, se cansará de repetir que la rebelión:
fue una doble traición: se irrespetó el juramento militar que obliga a los soldados, sin consideración de grado y empleo, a cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional; se traicionó gravemente el principio de lealtad que debe existir entre subalternos y superiores.

Con las reservas internacionales del país en trescientos millones de dólares, solo le quedaba al gobierno pedirle cacao al Fondo Monetario Internacional. Entonces a CAP se le cayó la horrible máscara que andaba mostrando por el mundo mientras mentía como un bellaco, que él nunca se sometería a los mandatos del FMI. Ahora todo su equipo de gobierno explicaba que someterse al FMI era la única salida por cuanto Venezuela estaba inmersa en el sistema financiero internacional y carecía totalmente de capacidad de maniobra, y que ningún país del mundo occidental entrega una locha a menos que el FMI apruebe esas solicitudes de crédito.

No quiero una popularidad que se cifre en que mi voz se silencie, o en que no me atreva a tomar medidas que puedan en alguna forma disminuir el aprecio o la confianza que en mí se tenga. Por eso les dije: yo no les pido que me lleven en hombros a Miraflores, mi orgullo y mi ambición es a que me saquen en hombres de Miraflores.

Carlos Andrés Pérez – 28 de febrero de 1989.
Ya el 2 de marzo de 1989, luego del Caracazo, Pérez trataba de respirar un poco más tranquilo, y nueve mil jóvenes soldados entrenando equipos militares nuevos salieron a controlar las calles de Caracas. En los gabinetes de gobierno Pérez hablaba sin cesar, y sus ministros –escogidos para que fuesen mirones de gallinero– no se atrevían a criticar el desastre provocado por unos muchachos muy inteligentes para dar clases en una universidad, como el Miguel Rodríguez, pero que experimentaron con el país como si fuese un conejillo de indias. 
Entonces, para Pérez tener un pequeño diálogo con sus callados ministros, lo hacía interpretando sus miradas, el rictus de la comisura de los labios, sus silencios. No sabía qué pensar, y un día, cansado de tanta sorna silenciosa, dio un golpe a la mesa con la mano y gritó: “—A mí se me injuria si se me dice que yo soy un neoliberal”.

Cuando uno ha pasado los setenta sabe muy bien lo que dice, y conoce muy bien a los que fueron gobiernos adecos y copeyanos, y aquella terrible zozobra de saber si se llegaba a últimos de mes, y aquella quebradera de bancos que ya casi nadie tenía su plata en ellos; y aquellas matazones de la policía política de la DISIP y en la PTJ, que nadie estaba aseguro cuando lo llevaban a una cárcel; y aquellas palizas que les daban a los viejitos cada vez que protestaban cerca de Miraflores; y aquellos presidentes bonchones o buchones que vivían poniéndose de rodillas ante el Banco Mundial o ante el FMI, y…

Los gobiernos de la Cuarta República “enfrentaban” las crisis económicas con reducción de sueldos y servicios públicos. A diferencia de la Revolución Bolivariana, la Cuarta República no velaba por los intereses del pueblo. La respuesta más sencilla para estos corruptos eran los famosos paquetazos, que desangraban al pueblo y engordaban sus bolsillos.

Los escuálidos viven suspirando por el pasado, sueñan con las telenovelas de Mamá Dolores o El Derecho de Nacer con aquel doctor Albertico Limonta. Los escuálidos son muy sentimentales y llorones, y viven ahogados en mocos porque el chavismo les volcó la tortilla. Añorando la época de los saraos adecos y copeyanos, pidiéndole a la virgen y a los santos regresar a la época en que aquí gobernaban los empresarios (y se cogían todos los dólares) mientras el presidente se refocilaba con su barragana en Nueva York; cuando quebraban los bancos y entonces a los banqueros los premiaban con grandes auxilios financieros; cuando aquí el FMI y el Banco Mundial imponía los paquetes económicos y sacaban el ejército a reprimir a los pobres; cuando aquí se producían aquellas grandes matazones en la calle por quitarle un par de zapatos a la gente; cuando escaseaban los productos de primera necesidad y además nadie tenía plata para comprar nada; cuando aquí cada cierto tiempo se producían masacres y jamás vimos organismos internacionales decir que se violaban los Derechos Humanos; cuando aquí se estaba privatizando la salud y la educación y el gobierno callaba y apoyaba esas políticas de hambre.

Esa es la Venezuela que añoran los comemierdas que dicen que ellos en aquella época se sentían felices pero que no lo sabían.

¡¡¡ ERA EL GOBIERNO PERFECTO PARA LOS TENÍAN TODO Y NO LES GUSTABA NADA REGALADO !!!
--El único detalle estaba en que mas del 85% no tenía nada
CUANDO GOBERNABA LA OPOSICION LOS HOGARES ERAN EMBARGADOS COMO EN ESPAÑA. HASTA QUE LLEGO CHAVEZ
Eduardo Perez: en esos tiempos los derechos humanos no existian claro para el pueblo lo que le salia era plan y para los estudiantes la ley de vagos y maleantes que felicidad carajo, jajaja
EMPRESAS POLAR ESTABA INTERESADA EN COMPRAR POZOS PETROLEROS QUE IBAN A SER PRIVATIZADOS.. HASTA QUE LLEGO CHAVEZ
LOS ANCIANOS MENDINGANDO EL PAGO DE UNA PENSION INDIGNA Y MISERABLE
PERO ERAMOS FELICES CUANDO GOBERNABA LA OPOSICIÓN
Leris Castillo: Me recuerdo q les tiraban la ballena a los viejitos q protestaban…
SEGURO SOCIAL? NO SEÑOR. A PRIVATIZAR LA SALUD PARA ENRIQUECER A LOS EMPRESARIOS
CUANDO LA OPOSICIÓN ERA GOBIERNO, MATABAN POR UN PAR DE ZAPATOS.
PERO ERAMOS FELICES Y NO LO SABIAMOS…
AÑO 1994: CARACAS SE DESANGRABA ANTE EL AUGE DELICTIVO
ERAMOS FELICES

Henry Othoniel Carranza Gragirena: Es triste está verdad, pero más triste es que muchos se hacen que no lo recuerdan
Gilberto Gonzalez: asi trabajan los gobiernos neoliberales. si lo dudan investiguen si en Colombia, Chile, Mexico entre otros. hay servicios basicos subsidiados. educacion y salud gratuita . ni hablar de gasolina barata.
CUANDO GOBERNABA LA OPOSICIÓN, MUCHAS MUJERES POBRES NO TENÍAN DONDE DAR A LUZ. PERO ÉRAMOS MUY FELICES PORQUE VENDÍAN KOOL AID EN EL ABASTO…
CUANDO ÉRAMOS FELICES Y NO LO SABÍAMOS!

Y QUIEN RECUERDA EL PAPEL TUALÉ MARRÓN "CRUZ VERDE" QUE ERA PARA LO QUE LE ALCANZABA COMPRAR AL LUMPEN?
CUANDO ÉRAMOS FELICES Y NO LO SABÍAMOS, en el Puerto de Vigo en España, centenares de miles de españoles querían emigrar a América Latina huyendo de la miseria, buscando un mejor porvenir.. y latinoamérica les abrió las puertas.

HOY EN DÍA, el Gobierno del Reino de España y otras naciones europeas cierran la puerta a los latinoamericanos e inmigrantes africanos, a su vez que fomentan la miseria de estos pueblos con sus políticas capitalistas imperiales.

"CUANDO ÉRAMOS FELICES Y NO LO SABÍAMOS allanaban y cerraban los medios de comunicación, como aquel 12 de Febrero de 1992 en el que Carlos Andrés Pérez mandó a allanar democráticamente el diario EL NACIONAL porque el gobierno no estaba de acuerdo con su línea editorial.

Paradójicamente, el actual director de ese diario, que es hijo del dueño de esa época, dice que el Gobierno Bolivariano es dictatorial y añora el regreso de esos tiempos de felicidad.