lunes, 28 de marzo de 2016

Chávez mi primera vida: conversaciones con Ignacio Ramonet

Libro publicado por la casa editorial Vadell Hermanos en el año 2013. Trata de una amplia entrevista que dio el Comandante Hugo Rafael  Chávez Frías, Líder de la Revolución Bolivariana y Presidente para entonces de la República Bolivariana de Venezuela, al Dr. Ignacio Ramonet (reconocido profesor universitario, Director de Le Monde Diplomatique) durante 3 años (2008 al 2010), tiempo tras el cual se celebraron varios encuentros para grabar estas conversaciones.

Dividido en tres partes y 15 capítulos (5 capítulos por cada una):
Primera parte: Infancia y adolescencia (1954-1971)
Segunda parte: De cuartel en cuartel (19741-1982)
Tercera parte: Rumbo al Poder (1982-1998)

Leer este gran libro me ayudó a entender más y mejor al Chávez inquieto, rebelde y hombre; a conocer, identificarme y recordar pasajes de nuestra historia como nación.

Chávez fue el parto de una patria-matria que cabalgó sobre sus sueños, esperanzas, frustraciones, vejaciones y fue transformándose a medida que crecía (en población).

Chávez: mi primera vida es la historia del nieto, del hijo, del soñador, del deportista, del soldado y luego del Líder que con gran detalle, milímetro a milímetro, fue construyendo una personalidad única, especial, grande, inolvidable, y hasta tal vez inalcanzable… “Ser llanero es ser como la sabana: grande, inmenso de objetivos y de metas…” [p.77]
“Pareciera que nací en terreno abonado para que retoñara algo. No un hombre nada más, sino un tiempo histórico” [p.85].

Chávez nos contó, como quien cuenta una leyenda lo que fue su vida, y lo hizo sinceramente, es decir, se mostró como era él en verdad: sencillo, estudioso, creativo, metódico y con humor espontáneo. En la primera parte del libro, en sus primeros cinco capítulos nos cuenta en detalle qué sucedía en estas tierras como marco histórico del momento en que nació. Y luego va contando sus vivencias de niño, de estudiante destacado, de hijo y nieto amoroso. La historia que nos narra a través de estas primeras páginas es la historia de nuestra Venezuela, la que cantara Alí Primera en Sangueo para el regreso (en referencia a Bolívar) y al compararla a una mujer  dijera: “la patria es una mujer y él regresó para amarla, contra los que se desvelan tan solo por disfrutarla, y en vez de darle caricias lo que hacen es manosearla” (historia de la cuarta república).

De esta manera, el Comandante Hugo Chávez nos comenta la historia que tiene viva en sus venas, bisnieto del legendario Maisanta (aquel hombre que fue a apoyar al General Cipriano Castro), decide indagar, auscultar en esa historia familiar hasta que fue descubriendo esos secretos, entre la oralidad de su querida abuela Rosinés y diferentes documentos que fue encontrando en el camino de su investigación personal. En el cual estuvo buscándose a sí mismo, su ser espiritual y su misión de vida. Todo se cruza en Chávez (el niño de pueblo, el niño trabajador, el pueblo hijo, el soñador de pueblo, el joven con aspiraciones). Pareciera que en cada pueblo de nuestra geografía hubiera un personaje con rasgos de Hugo niño, del hombre meticuloso y apasionado por su historia local, regional y nacional. La primera parte del texto es en fin la intimidad del ser que nació y fue creciendo y acumulando experiencias que le sirvieron más tarde a construir su liderazgo mundial.

En la segunda parte nos confiesa: “Uno primero nace del vientre de la madre, pero vuelve a nacer cuando ve la luz de las ideas y de la conciencia” [p. 269]. Es aquí cuandonos introduce en su camino del estudio en la Academia Militar y su descubrimiento de la gran ciudad que era la capital de Venezuela: “No me imaginaba a Caracas así, literalmente cercada por un gigantesco cinturón de miseria derramándose por las colinas”[p. 273]. “Descubriendo aquel desolador panorama social, empecé a tomar conciencia  de que algo grave pasaba, de que el país no funcionaba…En Los Miserables, Víctor Hugo afirma: la  conciencia no es más que la acumulación de ciencia, es decir de conocimiento. Mientras más conocimiento se tiene acerca de un fenómeno, mayor grado de conciencia se adquiere” [p. 279].

El Chávez joven que egresó de la Academia Militar había sido el producto de un cambio profundo, enriquecido con ideas, había madurado y experimentado una transformación íntima. Leía mucho, analizaba y se nutría de tantos cursos como pudo. Comenzó su inquietud de estudiar la política. Incursionó como todo joven en el arte de enamorar, de cortejar. Se fue erigiendo un estilo muy propio, especial. Conoció a mucha gente que le fue orientando su vocación revolucionaria. Fue un período importante.

Dando pasos agigantados, como apurado por la historia, por su destino a que llegara algún día a llevar las riendas de esta nación, Chávez se iba formando un pensamiento propio, inspirado desde siempre por la figura del Libertador Simón Bolívar, de allí que la Revolución fuera denominada Bolivariana, por el pensamiento político y proyecto libertario del famoso caraqueño del siglo XIX.

Anécdotas familiares (boda con su primera esposa, hijos), académicas y políticas se van entretejiendo en los últimos capítulos de esta parte; donde también cuenta su dolor por el fallecimiento de su abuela Mamá Rosa, a quien le dedicara un hermoso poema, cerrando así este tramo de su primera vida.

La tercera y última parte se denomina Rumbo al Poder, donde relata con detalle todo cuanto recuerda y de lo que conservaba documentos, fotos, recortes de periódicos, etc para compartirlos en esta entrevista. Surgió el árbol de las tres raíces; luego el impacto del Caracazo con el gobierno de Carlos Andrés Pérez, el golpe de estado, la cárcel; el indulto de Caldera por la presión del pueblo en la calle. Paralelamente comenta los diferentes escenarios de la vida política que se vivía  en varios países y continentes: informaciones de todas partes del mundo nutrían su pensamiento audaz e inquieto. Experiencias de las que aprendió mucho, gracias a su incansable carácter de hombre estudioso. Se da inicio a la configuración del proyecto para el resurgir de la Patria. Participó en numerosas reuniones con diferentes personalidades de la vida política del país, al menos con militantes de sectores de izquierda, a quienes por cierto no les sentía el compromiso necesario para asumir como los actores políticos que requería Venezuela, con un nuevo perfil para rehacer la democracia (esta vez participativa y protagónica). Al respecto pensaba que “uno de los errores que se cometieron en muchos intentos revolucionarios del pasado es que se quedaron en lo teórico. Mientras que mi convicción es que la praxis transformadora es la que cambia la realidad” [p. 587].

Entre tantas anécdotas y experiencias con personalidades internacionales, destaca aquella recepción que le hizo el Comandante Fidel Castro Ruz en el aeropuerto cubano, al que asistió personalmente para recibirlo, el mismo año que salió de la cárcel (1994), año en el que realizó una gira por el continente, reuniéndose en busca de apoyo y referencias políticas en diferentes países (Colombia, Argentina, Chile, Uruguay y Cuba).

Siendo ya un hombre con madurez política e intelectual nos confiesa que no es un teórico como Lenin, Marx ni Mariátegui, pero que le gusta estudiar, reflexionar y desde allí desarrolló algunos nuevos conceptos inspirándose en los pensadores naturales de estas tierras: Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Ignacio Abreu e Lima y un poco más allá en Jesús cristo, a quien define como el primer gran revolucionario de la historia, el más grande socialista. De donde toma la decisión de identificar  a la Revolución Bolivariana como una revolución con corte socialista de nuevo cuño, con un socialismo ético, social, económico, territorial…lo cual sirvió de marco a su campaña presidencial del año 2006, y que fuera apoyado por el pueblo al ser reelecto por segunda vez como presidente de la república.

En la página 696, Ignacio Ramonet le dice al Comandante Chávez que espera en una próxima etapa completar el recorrido de su otra media vida. A lo que Chávez le dice: “Por ahora démonos un respiro. Si la ocasión se presenta, si usted mantiene su interés, si mis actividades así lo permiten, y si Dios me da vida, le prometo que conversaremos de nuevo sobre todas estas cuestiones que tanto nos interesan”.

Chávez decidió que su misión era ser el vocero del pueblo humilde, del pueblo que lo identificó como su líder desde aquel 4 de febrero de 1992, en el que pronunció su vibrante: “Por ahora”, el pueblo que ahora tiene un legado que honrar y en el que apoyarse para seguir construyendo la obra que iniciara este gran ser humano, como lo fue el Comandante Hugo Chávez.

Eso es lo que rescato de la lectura, a la que invito a todos y a todas para contagiarse con este hermoso libro, que lamentablemente nuestro amado Chávez no pudo ver publicado, pero al que se le dedicó todo el amor que un personaje de su talla merece. Si leen el libro y logran identificarse con su protagonista, entenderán por qué dicen que: “Chávez no murió, Chávez se multiplicó”.

Reseñado por Macupatra