Cuánto echan de menos en la MUD a José Pérez Venta, a aquel morenazo
tan simpático, tan dado a los selfies con la Tintori, con Leopoldo,
María Corina Machado y Capriles, con el Julio Borges; aquel muchacho tan
servicial, tan defensor de los derechos humanos, tan bien presentado,
vestido y mejor perfumado: adorado por CNN y Noticias24. El muchacho que
se entrenó en prácticas paramilitares con Lorent Saleh y con Antonio
Ledezma; que viajó a México y a Miami tantas veces en plan de liberar a
Venezuela de los chavistas.
El hombre que no se perdía una marcha
opositora y estaba siempre al frente de ella. El hombre adorado por
Nelson Bocaranda, el que mató a esa pobre mujer de 54 años asfixiándola,
violándola y descuartizándola. El íntimo amigo de Trejo Mosquera
estafador como él, y que recibía dólares de la USAID y de la embajada
gringa. El activista y simpatizante de Voluntad Popular, partido del que
es líder Leopoldo López. Que trabajó como “Coordinador Comunitario de
Voluntad Popular” entre 2013 y 2014; también que estuvo empleado entre
2001 y 2013 (11 años) como “Analista de Soporte Técnico” en Ford Motors y
como “Gerente de Desarrollo de Negocios” de Nexsys, una empresa de
software en Colombia entre 2000 y 2002. En realidad el adorado “negrito”
al pie del cañón de Leopoldo López, Henrique Capriles, Carlos Ocariz y
Lilian Tintori, esposa de López. Quien también fue líder del Movimiento
Javu y muy ligado a Álvaro Uribe, al general Antonio Rivero, a Gabriela
Arellano, a María Corina Machado, Henrique Capriles Radonski, Miguel
Henrique Otero, María Conchita Alonso, Marco Rubio, al encargado de
negocios de EEUU Phil Laidlaw quien le había dado grandes sumas de
dinero para apoyar planes subversivos en Venezuela.
Por eso y muchos más, la MUD es un centro de descuartizadores, de miserables asesinos y ladrones, ávidos de sangre, de guerra civil, de muertes y de horribles maldiciones sobre Venezuela.